lunes, 23 de mayo de 2016

>>Todas vuestras palabras significan una sola cosa: eres una mujer, y tu misión está en el hogar.
Sin embargo, cuando los hombres hayan muerto con honor en la batalla, se te permitirá quemar la casa e inmolarte con ella, puesto que ya no la necesitarán. Pero soy de la Casa de Eorl, no una mujer de servicio. Sé montar a caballo y esgrimir una espada y no temo el sufrimiento ni la muerte.
— ¿A qué teméis, señora? —le preguntó Aragorn.
A una jaula. A vivir encerrada detrás de los barrotes, hasta que la costumbre y la vejez acepten
el cautiverio, y la posibilidad y aun el deseo de llevar a cabo grandes hazañas se hayan perdido para siempre.

J.R.R. Tolkien (1955). El señor de los Anillos: el retorno del Rey.

jueves, 11 de diciembre de 2014

La coleccionista

Nostalgia es negación. Negación del doloroso presente... el nombre para este tipo de falacia es "Pensamiento de la Edad de Oro": la noción errónea de que un período diferente es mejor que aquel que uno está viviendo en ese momento. Es una falla en la imaginación romántica de aquellas personas a las que les resulta difícil afrontar el presente. 
Woody Allen (2011), Medianoche en París.  

Todos los años, cuando llega diciembre, tengo la misma costumbre: limpieza a fondo de mi pieza. No sólo aspirar un poco la alfombra, u ordenar el armario, o sacar el polvo de las estanterías. No, limpieza-limpieza. Mi problema es que junto demasiadas cosas: por ejemplo, digamos que en 2010 un profesor mandó a leer un articulo, y el articulo me gustó mucho, entonces guardo todo lo que haya estado relacionado con eso (exámenes, trabajos prácticos, hojas de carpeta). Pero la realidad es que nunca los vuelvo a tocar, y pasan años juntando polvo hasta que en algún momento me digno a desprenderme.
Desprenderme... Esa es la verdadera razón por la cual junto tantas cosas (fuera de joda, encontré cuadros sinópticos que hice para Historia en 2010), me cuesta desprenderme de las cosas; y de las personas también. Me cuesta desprenderme de souvenirs de fiestas de quinceañeras... que no veo desde esa fiesta. Estoy a ese nivel.
Hoy me di cuenta cuando encontré un folio lleno de cartas: cartas de mis amigas, cartas de gente no tan amiga, de familia, etc. Básicamente era un folio que alimentaba mi narcisismo diciendo lo buena amiga que era, lo mucho que los había ayudado, y todas las frases trilladas que uno puede encontrar. Ojo, a mí me encanta escribir cartas, pero cartas con sentido o, mejor dicho, cartas con sentimientos. Nunca recibí ese tipo de cartas, ni siquiera un mail, aunque a mí me encanta escribirlas (obviamente). Lo más cercano a una carta que recibí fue una nota de fin de curso que me dio un ex-compañero cuando terminamos el secundario. Todavía la tengo, y creo que es la única que puedo ver sobreviviendo a la purga en el futuro cercano. Sin embargo, cuando encontré ese folio y vi todas las cartas y carteles que tenía guardados (que había guardado en el 2013) y finalmente pude romper aquellos que eran de personas que ya no están en mi vida (que decidieron no estar en mi vida) me sentí bien. Liviana, incluso. No sentí remordimiento o nostalgia de romper cada uno de esos papeles. Eso jamas lo hubiera conseguido un año atrás.
Cada día pienso más que aferrarse a ese tipo de cosas es un intento inútil por recuperar un pasado que, como todo pasado, ya está lejos de nuestro alcance. Es un intento por mantener las cosas como eran. Pero desprenderse de todo eso es casi un acto de liberación, un acto de enfocar la vista hacia el futuro, de desocupar todos esos cajones de recuerdos y abrir espacios para los nuevos; dejarlos volar libres como el viento, lo que no significa olvidar, sino desatar esa cadena que nos une para poder movernos más libremente.
Obviamente, no es fácil (¿hay cosas verdaderas que sean honestamente fáciles?), pero una vez, de vacaciones en Córdoba, caminamos por horas en un camino precario, guiados por flechas en la montaña para llegar a una cascada. Era hermosa, y podíamos mirar a 360° sin ver postes de electricidad o pavimento y ya no oíamos el sonido de los vehículos por la ruta. Eso tampoco fue fácil, pero fue liberador y viví para contarlo.

sábado, 21 de junio de 2014

The woods are lovely, dark and deep,  
But I have promises to keep,  
And miles to go before I sleep,  
And miles to go before I sleep.
Robert Frost

lunes, 9 de junio de 2014

Estado vegetal

¿Nunca quisieron únicamente quedarse tirados en un lugar? ¿Sólo mirar el techo, el cielo, lo que sea? ¿Nunca quisieron hacer nada? Sólo nada.
Todos necesitamos un desenchufe de tanto en tanto. ¿Tan difícil es mantenerse motivada? La perspectiva de tener que agarrar los apuntes nuevamente me mata. ¿Cómo cambiar el mundo cuando no se quiere ser parte de él? (ahora me pregunto, ¿existirá esa cosa, eso de "no querer ser parte del mundo"? ¿Se puede hacer?) 
Leí en uno de mis textos sobre Freud que los neuróticos son eternos nostálgicos, que buscamos constantemente recuperar aquello que perdimos en el pasado. ¿Será nostalgia? ¿"Un tiempo pasado fue mejor"?

martes, 28 de enero de 2014

Las mitades incomodas

Cada vez que escribo me sumerjo en el mismo proceso: primero pienso el inicio de la historia, después pienso el final. Lo del medio lo dejamos para más tarde. Pero dejar lo del medio acarrea una pequeña, diminuta dificultad, ¿cómo llego de A a B?
Lo mismo me pasa más que seguido en la vida diaria. Por ejemplo, cuando hice el curso de orientación vocacional la primera actividad fue dibujarnos a nosotros mismos dentro de diez años, nuestros yo de 27 años tenían casa, pareja, chicos, perro, un diploma en la pared, el pollo asándose en el horno y el Mister Músculo preparadito en la cocina. Entonces, tenemos un punto A (nuestros yo de 17 años) y tenemos un punto B (nuestros yo de 27) ¿pero qué pasa con lo del medio?
Nadie nunca está preparado para lo engorroso que es lo del medio, porque lo del medio involucra acción. Porque entre nuestro yo de 17 y nuestro yo ganador del premio Nobel a la Literatura hay que moverse, hay que escribir, hay que leer, hay que estudiar, hay que trabajar-porque si bien el hombre no vive sólo de pan, necesita pan para vivir-. Sin embargo, nadie nos prepara para eso, porque nos han educado para pensar en el inicio y el final de las cosas, no en lo del medio. Si mis expectativas se cumplieran, dentro de nueve años debería estar viajando por el mundo con el amor de mi vida. Pero ¿qué pasaría si, en lugar de estar visitando el Partenón en Grecia, estoy metida en una oficina trabajando 8 hs. diarias?
Decisiones, decisiones, decisiones...

Al final de cuentas todo se reduce a eso. Porque la verdad es que mis mejores historias nacen del no saber cómo rellenar ese medio incómodo, molesto, que no le permite a mis protagonistas tener de una vez por todas el final que se merecen, o el final que les tocó en suerte debido a sus propias decisiones.  

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Lights will guide you home




"Sos los libros que leés, las películas que mirás, la música que escuchás, las personas que conocés, tus sueños y las conversaciones en las que participás. Sos aquello que tomás de todas esas cosas. Sos el sonido del océano, la brisa de aire fresco, la luz más brillante en el rincón más oscuro. Sos la recolección de cada experiencia que tuviste en tu vida. Sos cada segundo de cada día. 
Así que hundite en un mar de conocimiento y existencia. Dejá que las palabras corran a través de tus venas y que colores llenen tu mente hasta que no quede nada mas que explotar. No hay respuestas erradas. La inspiración es todo. Sentate, relajate y tomalo todo."  

Hace aproximadamente un año publicaba la misma frase, con una foto diferente, en Instagram. Es interesante ver cómo en un año las cosas pueden cambiar de forma tan sutil. Será que el tiempo es una prueba que superan unas pocas personas. Será que nacimos para el cambio. 
Gran parte de nuestra vida se pasa mientras nos toman exámenes: nos califican del 1 al 10 según qué tan bien podemos resolver una ecuación, o si podemos o no recordar en qué año Aramburu y Lonardi derrocaron a Perón. Pero, ¿quién puede tomarnos un examen para saber que las decisiones que tomamos en la vida son correctas? ¿Quién nos puede decir si un año somos mejores o peores que el año anterior?  
Los días son respiros, los años son parpadeos y la vida son momentos. Elijamos vivir los que nos hacen bien,

sábado, 28 de septiembre de 2013

Autonomía y libre pensamiento.

"El problema está mal planteado: el interrogante no es cómo el ser humano, naciendo aislado, se va integrando a la sociedad y la cultura; sino cómo hacen los seres humanos, que en el origen están tan profunda e indiscriminadamente unidos a otros seres humanos, para individualizarse y emerger como seres autónomos y libre pensadores"