martes, 23 de agosto de 2011

No culpemos a la compu.


Si hay un concepto que me persiguió toda mi infancia no lectora, y que me sigue atormentando a través de los medios de comunicación es esa aparente verdad universalmente difundida que acusa a mi generación y a las generaciones inferiores de que "no tocan los libros porque están todo el día en esa computadora".

Sin embargo, yo y muchas otras amigas de mi generación somos la prueba de que para toda "regla" hay una excepción. Pero hoy voy a saltar en defensa de la comunidad no lectora, ¿por qué? Porque en mi última visita a la página web de mi librería amiga, tuve una epifanía -o mejor dicho, me di cuenta de lo obvio: los libros, y particularmente los libros para adolescentes, cuestan un huevo.
Pero veamos ejemplos concretos:
Espécimen n°1: Crepúsculo, de Stephenie Meyer.

Promediando, el libro sale al rededor de $80, dependiendo de la edición que elijas.
Espécimen n°2: Cazadores de Sombras, de Cassandra Clare.




Are you fucking kidding me? Cuando compré Ciudad de Hueso estaba a $60.
Espécimen n°3: Los hombres que no amaban a las mujeres, de Stieg Larsson

Y si tenemos en cuenta que todos los espécimenes mencionados forman parte de una serie/saga/whatever....
Esto está mal, a ver, ¡es un fucking libro! Y esta es una de las razones por la cual mi generación no lee, y se dedica a jugar a la computadora.
Y ahora me voy, porque estoy releyendo Ciudad de Hueso, y adoro a Jace.

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