Acabo de revolear impunemente el quinto libro que empecé a leer hoy, el quinto libro cuya lectura falló de forma estrepitosa. No se qué mierda me pasa, pero ultimamente no puedo terminar muchas de las cosas que empiezo. Tengo Estudio en escarlata, Harry Potter and the Order of the Phoenix, Cumbres Borrascosas, El pasiente inglés y Enduring love esparcidos de cualquier manera a lo largo de mi pieza. Harry está en mi mesa de luz, Cumbres descansa plácidamente sobre mi cama (completamente deshecha porque me pegué una buena siesta a la tarde), mientras que Enduring love está violando a mi ejemplar de El pasiente ingles abierto en la página 10, y Sherlock toma posesión de mi escritorio como si fuera su amo y señor.
Son todos los libros que empecé hoy; si no contamos El psicoanalista, que empecé en el colegio, y Don Quijote (que Shcinnea querida, todavía no empecé). No uedo pasar de la quinta hoja, y me frustra. ¡Quiero leer, la puta madre! ¿Tan complicado es?
Tal vez estoy cansada, tal vez no son los libros indicados, pero la realidad es que me estoy aburriendo como un hongo y no sé que hacer.
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