Llamémosle blog, ¿dale?

Este es el momento incómodo en toda primera vez. ¿Qué digo? Evidentemente empiezo con el pie izquierdo.
Tal vez lo que tengan que saber es que yo siempre fui de escribirme. Admitámoslo, soy la unica hija, la nena; entonces era casi inevitable que me regalaran libreta, libretita, agenda, "diario intimo" y todas sus variantes para mis cumpleaños, navidades, reyes y festividades varias. Por lo qué sí, estoy acostumbrada a escribir lo que siento, lo que pienso, lo que me pasa. Pero la diferencia es que no sé si estoy dispuesta a dejar que otros lo lean.
Hablando con honestidad, no se cuanto va a durar esto. ¿Qué puedo decir? No sirvo para las cosas a largo plazo, me aburro fácil. Y si seguimos en la misma linea de honestidad, no esperen entradas con gran contenido filosófico y profundo que te hagan reconsiderar cada puto detalle de tu vida. Otra cosa, puteo mucho; incluso cuando escribo. ¿Por qué? Porque los sinónimos no siempre son útiles. Nada puede reemplazar ciertas palabras, porque vienen impregnadas con cierta entonación y además, sirve para distender, desestructura, es más coloquial.
Si me preguntaran hoy, ahora, mientras miro Glee, ¿por qué hice esto? No sé. Porque soy atolondrada, ¿tal vez? ¿Porque me gusta probar cosas nuevas?¿Porque simplemente no tengo nada más divertido qué hacer? Elegí la que más te guste, todas tienen su grado de verdad.